El exmandatario José María Figueres, del Partido Liberación Nacional (PLN), quien obtuvo poco más del 27% de los votos según el escrutinio parcial elaborado por el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE), y el economista Rodrigo Chaves, del Partido Progreso Social Democrático, quien logró el 16%, se enfrentarán el 3 de abril en la segunda vuelta de las elecciones para definir al próximo presidente de Costa Rica.
Ninguno de los dos candidatos alcanzó ayer el 40% de los votos necesarios para imponerse en los comicios desarrollados en el país centroamericano.
«Vengo diciendo en esta campaña que Costa Rica merecía ganar y hoy ha comenzado a ganar. Va a seguir ganando definitivamente con nuestro triunfo», sostuvo Figueres, de 67 años, en su local de campaña en San José, entre los aplausos de sus simpatizantes.
Figueres gobernó Costa Rica entre 1994-1998 y es hijo del emblemático exmandatario José Figueres Ferrer, quien abolió el Ejército en 1948.
A su turno, Chaves, de 60 años, afirmó en medio de la celebración de sus electores: «Ya vamos a una segunda ronda y les pido dejar atrás el conflicto y la confrontación estéril (…) Don José María (Figueres), le ruego una campaña de altura, propositiva y de ideas».
Chaves, un conservador, fue Ministro de Economía del Gobierno saliente de Carlos Alvarado Quesada.
Por otra parte, el evangélico Fabricio Alvarado, de 47 años, del Partido Nueva República, quedó tercero con el 15%. «Esto no se acaba aquí (…) Nueva República llegó para quedarse», aseguró.
Mientras que la ex vicepresidenta del Partido Unidad Social Cristiana (PUSC), Lineth Saborío, se ubica cuarta con el 13%, un lugar decepcionante.
Los comicios también definirán 57 diputados de la Asamblea Legislativa. Los primeros cálculos hacen prever un Parlamento altamente fragmentado.
Desánimo
Las votaciones se caracterizaron por el desánimo de la población en medio de los problemas económicos que golpean al país y acusaciones de corrupción, lo que se tradujo en un abstencionismo de 40%, considerado el más alto en la historia del país.
Quien resulte electo enfrentará el desafío de gobernar uno de los países con las democracias más estables de América Latina y el primer país de Latinoamérica en el ranking global de felicidad 2018-2020.
Pero también una nación que atraviesa una severa crisis financiera y social, con un desempleo (14,4% en 2021), la pobreza (23% en 2021) y una economía con deuda pública equivalente al 70% del PIB, que encendió las alarmas de organismos multilaterales.
La situación se agravó con la pandemia de Covid-19 que, desde inicios de 2020, golpeó duramente al turismo, uno de sus principales motores.
Además, en los últimos 13 años, dos expresidentes enfrentaron juicios por corrupción (uno fue condenado) y en 2021 estallaron dos casos de irregularidades millonarias en el sector de obras públicas, con ministros involucrados.
Figueres y Chaves, en el ojo de la tormenta
Para la politóloga Gina Sibaja «las miradas van a estar puestas» sobre Figueres «porque fue una persona que no quiso venir al país para rendir cuentas» tras ser señalado de corrupción y esperó la prescripción de delitos para retornar a Costa Rica.
Sin embargo, subrayó que su partido, el PLN, es el que «más veces ha gobernado el país y por tanto tiene experiencia, gente».
Figueres fue investigado por una asesoría de 900.000 dólares que realizó a la firma francesa Alcaltel, empresa que admitió haber sobornado a funcionarios en Costa Rica para ganar una licitación.
El expresidente se encontraba fuera del país cuando saltó el escándalo y no volvió a enfrentar a la justicia en el 2004 cuando lo llamó. Recién lo hizo en el 2011, cuando los delitos habían prescrito.
Pero la situación de Chaves no es mucho mejor, ya que fue investigado por presunto acoso sexual entre 2008 y 2013, durante su larga trayectoria en el Banco Mundial.
Aunque la entidad reconoció que no lo sancionó adecuadamente, posteriormente un tribunal administrativo del BM halló que sus conductas calzan como acoso sexual y que el departamento de recursos humanos del banco falló en su pronunciamiento.
De hecho, para Sibaja, un eventual triunfo de Chaves significaría «un retroceso para Costa Rica».
«Con Chaves sería como bajar el piso que ya teníamos fragilizado sobre todo en materia de igualdad de género y en reducción de desigualdades», sentenció la analista.